viernes, 19 de julio de 2013

¿Por qué decir NO a los libros en las clases?

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Este es un tema que crea mucha controversia, pero por suerte, poco a poco vamos viendo la luz gracias a los avances educativos que se van produciendo.

Ninguno de nosotros somos iguales, no tenemos el mismo color de pelo, ni la misma nariz, ni las mismas manos, y por tanto nuestro cerebro tampoco es el mismo.

Sin embargo, los libros son creados para personas iguales, o al menos eso parece. No son modificables, y si alguno de los niños no se adapta al ritmo que se propone en el libro, no le queda otra más que aguantar, a no ser que tenga la suerte de topar con un buen profesor/a que le ayude a no quedarse "a la cola".

Además, por muchos dibujos que lleven los libros (que pretenden hacerlos más amenos o más creativos), coartan totalmente la creatividad del niño, que por naturaleza aprende jugando y manipulando, y no sentado 5 horas al día en una silla realizándolos. Si se tiene una buena base y recursos, puedes enseñar cualquier cosa que te propongas a través de la manipulación y el juego.

Parece que lo único que importa es que los niños terminen los libros a tiempo para que los padres estén contentos, ya que piensan que así sus hijos aprenden, cuando realmente quizá no hayan aprendido lo suficiente, o los aprendizajes no sean significativos.

Y nos olvidamos de quien realmente importa en todo esto, el niño. Atender a sus necesidades es lo último a lo que se le presta atención, cuando debe ser la prioridad de un maestro. Y del tema emocional ni hablamos...

Otro ítem importante es el enorme gasto de dinero que se produce comprando tantos y tantos libros, el cual muchas de las familias tal y como están las cosas no pueden asumir, y que no sería necesario si emplearamos otra metodología con la cual podemos enseñar todo lo que se pretende con los libros a través de los objetos cotidianos que utilizamos cada día, o de materiales realizados entre todos nosotros. Tampoco se pretende que se prohiban las fichas, se puede hacer alguna, pero desde luego, no basar la educación en ello.

Por tanto pienso, que la clave está en seguir una metodología que se adapte a cada uno de nuestros alumnos, en las que ellos elijan qué es lo que desean realizar en cada momento, qué material quieren utilizar para aprender, en los que sean los protagonistas de su propio aprendizaje. Y desde luego, eso no se consigue con libros estándar...


No es fácil, porque a todos los maestros, en las universidades, nos educan así. Nos enseñan el sistema educativo tal y como es, nadie nos enseña alternativas, ni metodologías libres (exceptuando algún profesor que algo se sale de la norma). Además, la sociedad, también está estructurada así, la mayoría de padres no conciben otra forma de enseñanza, piensan que si el niño "está todo el día jugando" no aprende nada, y realmente se equivocan... sólo hay que probar.

En definitiva, somos nosotros mismos los que, si realmente queremos formarnos en este ámbito, debemos ponernos manos a la obra, y eso no requiere tan sólo ganas, sino también esfuerzo, mente abierta y un gran cambio en nuestros esquemas mentales.

Yo misma, en cuanto acabe la carrera, pienso dedicar un gran tiempo en formarme en este tipo de educación abierta, para poder ofrecer todo lo mejor de mí.







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