lunes, 28 de julio de 2014

Evitando la educación sexista: seamos parte del cambio

La educación sexista está tan implantada en nuestro sistema y en nuestro estilo de vida, que no nos damos cuenta de que está presente.

Pero, ¿qué es la educación sexista?

Es, por ejemplo, regalar un balón a un niño y una muñeca a una niña.
Es comprar ropa rosa sólo para niña y ropa azul, verde y demás para niño.
Es comprar juguetes de pistolas y metralletas para niños y carros de limpieza o sets de belleza para niñas.
Seguir inculcando las profesiones de maestro o enfermero como símbolo de mujer y camionero o policía sólo de hombre.
Es educar a los niños para que sean fuertes y no lloren y a las niñas para que sean delicadas y buenas.

Y podría poner un sinfín de ejemplos más. No suena tan raro todo lo que he nombrado ¿verdad? porque se encuentra en nuestro día a día.
Pero esto tan normal, forma parte de una educación sexista y discriminatoria que nosotros, los docentes, tenemos el poder de cambiar.

Ni hombres por encima de mujeres, ni mujeres por encima de hombres, sino igualdad de oportunidades y condiciones.

¿Cómo conseguimos esto?



 
ASÍ, NO.
ASÍ, SÍ.

La educación en igualdad debe darse principalmente en casa y seguir inculcándose en las aulas.

  • No enseñes a tu hija a estar guapa, sino a luchar por lo justo y amar la cultura.(por ejemplo)
  • No enseñes a tu hijo a ser duro y musculoso, sino a ser sensible y solidario.(por ejemplo)
  • No selecciones tareas para uno u otro, todos somos capaces de hacer cualquier cosa, tanto de cargar peso, como de poner lavadoras, como de aprender matemáticas y literatura. Es genial comenzar a introducir a los pequeños de la casa en las tareas domésticas para que además de valorar ese trabajo, se sientan útiles. Por tanto, si hay que recoger la mesa, ambos recogen por igual, o no recoge ninguno.
  • Predica con el ejemplo: si quieres inculcar igualdad, debes estar involucrado/a en ello.
  • No se enseña a una mujer a cuidarse de no ser abusada o violada, se enseña a ambos (mujer/hombre) a ser respetuosos con el otro.
  • Las profesiones no son de mujer o de hombre, ambos tienen la capacidad de desempeñar cualquier trabajo, por tanto, huye de los estereotipos.
  • Si tienes que regalar un juguete, rechaza los estereotipos (niña=muñeca, niño=juguete bélico) guíate por las aficiones y gustos de la persona, o escoge un juguete lúdico y divertido.
  • Los colores no están seleccionados para cada género, sino que forma parte de otro estereotipo discriminatorio. En la mayoría de tiendas textiles encontramos ropa rosa para niña y azul para niño. ¿Por qué no cambiar? Concienciar sobre el tema de los colores en los niños es algo muy importante. Si puedes, compra ropa de otros colores, alegres, vivos, y que le gusten a él/ella.
  • En la diversidad está el acierto: aunque géneticamente viene predeterminado que los niños y niñas prefieren jugar con individuos de su mismo sexo, no le animes a ello, por que esto sólo crea diferencias y segrega. Cuánto más tiempo jueguen y compartan experiencias niño-niña, menos prejuicios tendrán.
  • Cuida tu tono y lenguaje: normalmente siempre nos hemos dirigido a las niñas con un tono más cariñoso, usando diminutivos, incluso acompañado de gestos cariñosos, pero para los niños se suele utilizar un lenguaje más duro, más estricto o más agresivo, pero esto debe cambiar, una persona sea niño o niña tiene las mismas necesidades afectivas, y por tanto el lenguaje y tono utilizado debe ser el mismo, sino, estaremos marcando diferencias desde el principio. 
  • En el aula: en el rincón del juego simbólico deben existir materiales tanto para niño como para niña en partes iguales, para que los juguetes no estén determinando desde el primer momento por quién deben ser jugados. (No sería correcto que si hubiera más niñas en clase, hubiesen más juguetes estereotipados "para niñas") así, todos utilizarían todo.

Últimamente, hay una pequeña obsesión con el lenguaje utilizado en medios de comunicación y otras vías, ya que consideran que no nombrar ambos géneros es estar utilizando un lenguaje sexista.

Personalmente creo que esto no es así, las palabras se las lleva el viento y lo que es verdaderamente importante son las acciones. Resulta incluso un poco pesado estar utilizando constantemente ambos géneros (todos/todas, niños/niñas)  o utilizar la X para nombrar a ambos géneros (todxs).

En una noticia, pueden estar nombrándose ambos géneros y sin embargo que su contenido sea totalmente sexista, por tanto, creo que el problema no radica ahí, sino en que nuestro pensamiento y conductas deben cambiar.

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